martes, 19 de enero de 2010

Nueve


Como el fuego, el agua, o las plantas moviéndose al viento. Armónicas e irregulares. Con una simpleza que invite a una lenta contemplación. Sin pretensiones intelectuales ni nada por descubrir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el culo te llueve...Aldo